Le Confiteor de l'artiste / El yo pecador del artista - Charles Baudelaire

Que les fins de journées d’automne sont pénétrantes ! Ah ! pénétrantes jusqu’à la douleur ! car il est de certaines sensations délicieuses dont le vague n’exclut pas l’intensité ; et il n’est pas de pointe plus acérée que celle de l’Infini.
Grand délice que celui de noyer son regard dans l’immensité du ciel et de la mer ! Solitude, silence, incomparable chasteté de l’azur ! une petite voile frissonnante à l’horizon, et qui par sa petitesse et son isolement imite mon irrémédiable existence, mélodie monotone de la houle, toutes ces choses pensent par moi, ou je pense par elles (car dans la grandeur de la rêverie, le moi se perd vite !) ; elles pensent, dis-je, mais musicalement et pittoresquement, sans arguties, sans syllogismes, sans déductions.
Toutefois, ces pensées, qu’elles sortent de moi ou s’élancent des choses, deviennent bientôt trop intenses. L’énergie dans la volupté crée un malaise et une souffrance positive. Mes nerfs trop tendus ne donnent plus que des vibrations criardes et douloureuses.
Et maintenant la profondeur du ciel me consterne ; sa limpidité m’exaspère. L’insensibilité de la mer, l’immuabilité du spectacle me révoltent… Ah ! faut-il éternellement souffrir, ou fuir éternellement le beau ? Nature, enchanteresse sans pitié, rivale toujours victorieuse, laisse-moi ! Cesse de tenter mes désirs et mon orgueil ! L’étude du beau est un duel où l’artiste crie de frayeur avant d’être vaincu. 

¡Cuán penetrante es el final del día en otoño! ¡Ay! ¡Penetrante hasta el dolor! Pues hay en él ciertas sensaciones deliciosas, no por vagas menos intensas; y no hay punta más acerada que la de lo infinito.

¡Delicia grande la de ahogar la mirada en lo inmenso del cielo y del mar! ¡Soledad, silencio, castidad incomparable de lo cerúleo! Una vela chica, temblorosa en el horizonte, imitadora, en su pequeñez y aislamiento, de mi existencia irremediable, melodía monótona de la marejada, todo eso que piensa por mí, o yo por ello -ya que en la grandeza de la divagación el yo presto se pierde-; piensa, digo, pero musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones.

Tales pensamientos, no obstante, ya salgan de mí, ya surjan de las cosas, presto cobran demasiada intensidad. La energía en el placer crea malestar y sufrimiento positivo. Mis nervios, harto tirantes, no dan más que vibraciones chillonas, dolorosas.

Y ahora la profundidad del cielo me consterna; me exaspera su limpidez. La insensibilidad del mar, lo inmutable del espectáculo me subleva... ¡Ay! ¿Es fuerza eternamente sufrir, o huir de lo bello eternamente? ¡Naturaleza encantadora, despiadada, rival siempre victoriosa, déjame! ¡No tientes más a mis deseos y a mi orgullo! El estudio de la belleza es un duelo en que el artista da gritos de terror antes de caer vencido.

Calcetines

Cultura cultura, inexperiencia cultura. Que atroces sois, absurdos y ebrios. Todos correteando por las obras de un nuevo holocausto de ideales. Arrancando páginas de libros viejos, adorando lascivamente el olor de las páginas plásticas de los best seller, alabando frases de la Sgae, rechazando a los adultos.

Deseo que mi infancia deje de ser como un Alceimer, tener siempre esta lucidez. Deseo ser ambas cosas a la vez sin necesidad de que se encuentren.
Esta burguesía inculta, esta bohemia voluntariamente pobre. Lo contemporáneo necesariamente rebelde, secundario, anti consumista. Tertulias en un café del año del coño de la Bernarda. Siempre supe que este no era mi siglo y que cualquier roce supone y supondrá para mí una carta guardada en un desván.

Rocío y plástico

   

Y aquí me despierto, por fin, en medio de un chaparrón. Como dos ojos enrojecidos de lamento, el cielo de tormenta se vuelve de un tono naranja Champs Elysees. Esta noche naranja, mecánica, puré de zanahorias de tetrabrik, abrirá los ojos y se limpiará esos jabones que tanto la ensucian, se quitará el tinte pelirrojo que creyó la haría sentir más humana pero no la hizo dejar de llorar, para recuperar su color canoso natural. La noche, al llegar la mañana, debe abandonar la fiesta y trabajar. Hoy empapará el otoño al anciano que todavía recuerda que en algún momento no lo fue, a la mujer fuerte, única socia de su empresa y madre pero incapaz de dejar de fumar, a la niña curiosa por debajo de la falda, al sauce que sólo esboza una sonrisa al alegrarse de la desgracia del cielo. La noche debe dejar de sentirse joven. 

Entonces, le pido al día que llore con ella, que por favor llore para desahogarse y, cuando se muera el sol, envejezca morena tal y como lo que es. Sólo así olvidará que no es humana  . Por favor, que se tire todo el puto día lloviendo, que no pare hasta que anochezca. 

Por favor, que se me erice el pelo, que me duela la cabeza.

Supongo que no se ha entendido una mierda, para variar, pero hablo de la contaminación lumínica. 

Buenos días todavía sin amanecer, muchachos.

Descentralización

Juan Ramón Giménez escribió Platero y Yo cuando aún era muy joven, y más tarde se medio odió a si mismo por haberlo hecho. Esto me hace plantearme si toda esta explosión artística juvenil es un capricho de visceralidad desenfrenada fruto de estas reacciones químicas que llamamos crecimiento o adolescencia o lo que te apetezca a ti más. 
¿Qué hace artista a una persona? ¿Quién decide lo que es y lo que no es arte? ¿Es fruto de una forma de sentir el mundo o de adornar la forma de canalizar ese sentimiento común a toda la raza humana? ¿Por qué un niño autista que no sabe relacionarse ni vomitar su interior es menos artista que un clown callejero? Quiero creer que está en la forma de sentir apoyada por el "don de gentes". No pretendo explicarlo porque me merecería un par de tollinas bien dadas. 
Creo que un artista debe ser alguien que se ahoga en su propio sentimentalismo y lo canaliza a vomitonas de óleo, fas sostenidos y metáforas sin regla social. Sin piedad ni fundamento. Y el sueño de que, en algún momento, alguien comprenderá a lo que pueda más o menos acercarse esa mancha abstracta. 


Espero siempre ser un volcán en erupción y nunca nunca dejar de vomitar desenfreno. Espero siempre ser pues infeliz y soltar gritos desgarradores que no llevan a nada. Sentir placer al ver fotografías de psiquiátricos o una canción de The Kills. Marearme al verte. Llorar porque sí.


Si para perder mi forma de canalizarme he de crecer, prefiero no hacerlo.




Ale, feliz navidad.

TALADRADORAS

(Una foto que no tiene nada que ver)


Discusión con mis padres. Intentando entender mi forma de exteriorizar la auto incomprensión. Mi madre cree que me voy a suicidar. Quiero demasiado a mi gente para irme de aquí.
Hoy soy Paloma y tengo la Elegancia del Erizo. Me hago daño y se lo pego como una mala tos sin tener si quiera motivos físicos. La nada me araña las tripas desde dentro como un gato acurrucándose.


Señoritas. ¿Qué será de mí cuando crezca? ¿Seguiré muerta con ganas de vivir, como ahora?   Ahora sólo queda esperar a que mi probable futuro me diga si de verdad lo que os hago sentir con estas palabras es fruto de una ráfaga de tiempo o si, como yo lo espero y lo deseo(desgraciadamente) sea perpetuo. Aunque me muera totalmente consumida por mi propia nada.


No busco la ataraxia, la felicidad momentánea es una droga. Las drogas me gustan. Quiero ser toda mi vida una jodida yonki. 


Si pudiera mirarte a los ojos sin echarme a llorar y decirte que lo siento por ser como soy y que mi yo consciente haría lo que hiciese falta para hacerte feliz, lo haría. Mamá.




¿Habéis entendido algo? Yo tampoco.




Que la felicidad momentánea os de tantos orgasmos como pelos perdáis.

Renacer

Muy buenas. 


Hace tiempo que no escribo, dejé de verle el sentido a reflexionar en voz alta y a desnudar las letras. He seguido escribiendo en el cuaderno de las emergencias, pero me canso de estar sola. 
Supongo que no va a leer mi blog ni su puta madre, pero si conocéis a alguien que le interese conocer jóvenes emprendedores like me, que le guste escribir y busque nuevas perspectivas, aquí estoy.


Hoy no sabría de qué hablar, mi edad me limita bastante a la temática monótona y visceral. "Jo, estudiar me aburre", "Ains, me gusta un chico", "Qué triste estoy, no me soporto".
No sé si podré evitar que las hormonas me dominen (lo dudo), pero es muchísimo más fácil aprender a controlar nuestros impulsos adolescentes a través de la palabra escrita (meditada, rectificable, suave) que a través de la esporádica lengua que nos pierde y nos acuchilla a cada segundo de nuestras vidillas. Es esto, entonces, mi forma de decir que la única forma que tengo de sentirme plenamente como una persona digna de vivir es escribiendo. ¿Triste? Un poco. Cuando sea una mujer adulta y responsable se me pasará. ¿O serán longevas las ganas de aprender? (La palabra longevo la he aprendido hoy ;))


Pues eso. Si te aburres y tal me comentas y debatimos un rato sobre si lo que he escrito tiene algun sentido. 


PD1: Tengo que redecorarlo, esta muy cutre y no lo controlo mucho.
PD2: La historia que estaba escribiendo la he mandado a la mierda. No me gustaba.


A ser felices, muchachos. 

Qué

Sí. Realmente no puedo explicarlo. No tiene ningún sentido, las palabras se resbalan absolutamente, no son más que envoltorios de caramelo chupado y rechupado. Paredes contraídas, o excesivamente holgadas. Y no dejan de ser conexiones absurdas, SU PUTA MADRE sabe para qué. ¿Sexo? ¿Necesidad exclusivamente humana de convivencia en grupo? Y POR QUÉ COÑO QUERRÍA ALGUIEN CREAR UNA PUTA ESPECIE PARA ESTO! Ni siquiera somos capaces de saber por qué nos hacemos esa pregunta. ¿Y para qué cambiar de pensar de la noche a la mañana? ¿Alguien me lo puede explicar? ¿Ya no huele bien, acaso? ¿QUIEN COJONES SE DIVIERTE CON ESTO? 


¿Alguien me puede explicar qué buscamos? ¿Me puede decir alguien qué significa lo que acabo de escribir?